Prácticas Ganadería Sostenible

La manera en que se realiza la actividad ganadera  convencional en áreas tropicales ha generado varios problemas importantes. Éstos se relacionan con prácticas que no permiten la conservación de los bosques y selvas, del suelo y del agua en parcelas y ranchos ganaderos. Como resultado, las tierras se han vuelto cada vez menos fértiles y se han perdido sus fuentes de agua, afectando directamente la cantidad  y calidad de forrajes disponibles para el ganado, así como las condiciones de bienestar y deshidratación que sufren los animales. 

Ante esta situación, para mantener la producción de carne y leche, las ganaderas y ganaderos a menudo se ven obligados a expandir sus potreros hacia las pocas zonas con vegetación nativa que quedan, o a adquirir costosos insumos externos como alimento comercial, complementos energéticos, vitaminas, sales minerales, medicamentos, desparasitantes, fertilizantes, herbicidas, plaguicidas, entre otros. Además, los bajos precios de venta de la carne y leche, junto con la falta de mercados justos, hacen que esta actividad sea cada vez menos rentable y poco atractiva para las nuevas generaciones. Estas razones nos invitan a buscar nuevas formas de hacer ganadería que permitan  la conservación de bosques y selvas, y los diversos procesos que ocurren en ellos, como el reciclaje de nutrientes en el suelo, la disponibilidad del agua y la conservación de diversas especies. En particular, la conservación de algunas especies puede ser benéfica para la producción ganadera, como los escarabajos que degradan el estiércol del ganado, las aves que se alimentan de garrapatas e insectos polinizadores de los cuales dependen muchos cultivos. 

¿CÓMO CO-PRODUCIMOS  E IMPLEMENTAMOS ESTAS PRÁCTICAS DE GANADERÍA SOSTENIBLE?

Los primeros pasos:

Para implementar prácticas de ganadería sostenible, consolidamos un flujo de trabajo que inicia con una reflexión colectiva para entender cuáles son las raíces de los problemas en la ganadería. Por ejemplo, se han detectado la falta de capacitación, el uso de grandes extensiones de potreros sin rotación del ganado, el sobrepastoreo, la eliminación de fuentes de agua locales y la siembra de forrajes de baja calidad como algunos problemas de raíz, que, a su vez, desencadenan toda una red de problemas. A partir de la información compartida en diversos talleres y en entrevistas con integrantes del colectivo hemos resumido esta problemática en la siguiente figura.

Figura: Red de problemas asociados con la ganadería en región de los Tuxtlas

 La identificación colectiva de las causas y consecuencias de distintos problemas es crucial para asociar prácticas específicas con problemas ambientales, sociales y económicos de la ganadería, para después generar una reflexión inicial de posibles soluciones. A partir de estas reflexiones, trabajamos con un cuaderno que acompaña la Planeación Participativa del Rancho. 

Cuaderno de Planeación Participativa de Ranchos que usamos con los productores de la Red.

Esta actividad facilita  la ubicación del rancho dentro de la región, el reconocimiento de los cambios que ha tenido a través del tiempo, la descripción de la unidad productiva como un sistema que tiene entradas (insumos) y salidas (ganancias) ambientales, económicas y sociales. Se identifican los problemas puntuales y las potencialidades del rancho, sus causas y consecuencias. Posteriormente, una serie de indicadores ambientales, económicos, sociales y productivos permiten obtener una autoevaluación del rancho, para después identificar elementos o actividades que podrían contribuir a resolver los problemas detectados y potenciar las buenas prácticas de ganadería sostenible. A partir de esta reflexión, se genera un Plan de Acción a corto, mediano y largo plazo que contiene las actividades que se van a realizar en la unidad de producción, organizando los insumos y la mano de obra.

Foto: Talleres de planeación participativa en ranchos, usando un Mapa Base detallado que contiene las divisiones y otra información importante para la toma de decisiones.

La elaboración del Plan de Acción es acompañada por un mapa base del rancho con información topográfica y otros detalles como cercas y cobertura forestal existente, que permite la zonificación productiva para el trazado de caminos, la división de potreros, la cosecha de agua, la siembra de sistemas agroforestales (en particular los sistemas silvopastoriles intensivos), y la restauración de áreas sin vocación para la ganadería, entre otras actividades. En este mapa, se dibuja entonces el rancho que soñamos en un futuro, que idealmente habrá resuelto los problemas y aprovechado las el potencial detectado en el proceso de Planeación Participativa del Rancho. Una vez establecido el Plan de Acción, se pueden programar en el corto, mediano y largo plazo, diversas acciones de ganadería sostenible y lograr tener el rancho soñado. 

¿QUÉ TIPOS DE PRÁCTICAS DE GANADERÍA SOSTENIBLE REALIZA ReGaSo?

Para consolidar diez ranchos como espacios de aprendizaje social (ver sección de comunidad de práctica), realizamos talleres de PPR, para después proceder a la implementación de diversas prácticas, en función de las preferencias de cada productor(a). Aquí compartimos algunas de las prácticas que hemos explorado en los ranchos demostrativos de la ReGaSo. 

SIEMBRA DE ÁRBOLES

Entre los grandes aliados de la ganadería sostenible se encuentran los árboles, que permiten cuidar el suelo y mantener diversas fuentes de agua. Los árboles pueden ser sembrados en distintas modalidades dentro de los ranchos:

a) Árboles en hileras como cercos vivos o corredores de vegetación. En la zona de Los Tuxtlas,  las parcelas y ranchos comúnmente están cercados con alambre o cerco eléctrico, sostenidos por  postes vivos que rápidamente retoñan para convertirse en árboles de buen tamaño. También se usan para dividir potreros y así poder rotar el ganado. La práctica de rotación permite que el suelo y las plantas forrajeras tengan buenos periodos de descanso. Estas líneas de árboles (idealmente de diversas especies y en doble o triple fila) pueden funcionar como pequeños corredores biológicos, por donde la fauna local se puede mover entre parches de selva. Además, reducen la presión de buscar postes en las áreas de selva que aún quedan en la región.

Foto: Cercos vivos de Palo Mulato Bursera simaruba, un árbol muy utilizado en los Tuxtlas y en otras partes del sur de Veracruz

b) Árboles dispersos en los potreros. Esta práctica permite reducir la temperatura del potrero y proveer un mayor bienestar a los animales, evitando el estrés calórico y la deshidratación. Ésto tiene un efecto positivo en la productividad, pues el ganado come más, ganando mayor peso y produciendo más leche. Por otro lado, como los cercos vivos, éstos árboles dispersos también ofrecen hogar a una gran diversidad de animales nativos.

Foto: Árboles en los potreros proporcionando sombra y un mejor manejo de la lluvia y humedad del terreno.

c) Arbustos forrajeros sembrados intensivamente. Una de las características fundamentales de la ganadería sostenible es la alta producción de forraje de alta calidad. En combinación con los pastos, y otras herbáceas, sembrar especies nativas como el árnica de monte (Tithonia diversifolia), el guaje (Leucaena leucocephala) o el guácimo (Guazuma ulmifolia) en altas densidades (entre 10 000 a 50 000 plantas por ha) aseguran una producción sostenible a lo largo del año, así como un forraje rico en proteínas y minerales (Ca y P). Esta práctica permite   aumentar la capacidad de carga (vacas por hectárea) en un potrero.

Foto: Uno de los ranchos demostrativos de ReGaSo con un Sistema silvopastoril intensivo (SSPi) sembrado con hileras del arbusto Tithonia diversifolia.

d) Árboles en callejones. Otro arreglo silvopastoril es sembrar árboles maderables o frutales combinados con los pastos forrajeros. Además de proporcionar sombra para el ganado, este sistema permite el cultivo de frutas y el aprovechamiento de la madera en un mediano plazo. La siembra intercalada de leguminosas como el guaje (Leucaena leucocephala) permite erradicar el uso de fertilizantes gracias a su capacidad de fijar nitrógeno en el suelo. 

e) Árboles nativos para restaurar zonas riparias y manantiales. Sembrar árboles a los lados del cauce de ríos, riachuelos o cuerpos de agua, es una estrategia que permite una buena infiltración del agua de lluvia a estos cuerpos de agua. Para proteger y mantener limpias las fuentes de agua locales, recomendamos la siembra de árboles en  franjas de al menos 15 metros de cada lado, evitando que el ganado entre en esta zona. 

f) Árboles nativos sembrados en zonas con suelos erosionados. La siembra de árboles en zonas del rancho con pendientes pronunciadas, permiten el control de la erosión y la recuperación de suelos en zonas que no son aptas para la actividad ganadera. Estos árboles pueden ser también maderables o frutales para darle otra vocación productiva al rancho.

Foto: La restauración de laderas con árboles nativos es una de las prácticas que recomendamos para la accidentada topografía de los Tuxtlas.

En este video podemos ver como el ganado dentro de un rancho demostrativo perteneciente a la Red de Ganadería Sostenible (ReGaSo) espera a que le abran paso a un potrero con Tithonia (botón de oro) para poder comenzar con su almuerzo. Esta planta, conocida también en la región de Los Tuxtlas como árnica, es rica en proteínas, vitaminas y minerales que ayudan a mejorar su salud y aporta los nutrientes necesarios para un desarrollo óptimo. Además de que es fácil de cultivar y requiere poco mantenimiento, aumenta la fertilidad y humedad de los suelos. Sus propiedades anti- inflamatorias, además, pueden reducir la mastitis de las vacas lecheras. Recuerda que la clave para una aceptación de esta planta por el ganado es la paciencia. Con el tiempo y un buen manejo, el ganado se acostumbrará a su sabor y valor nutritivo, convirtiéndola en una parte natural de su dieta. ¡No subestimes el poder de la Tithonia diversifolia para mejorar la calidad de vida de tu ganado y la sostenibilidad de tus potreros!
Contribuyamos juntos a una ganadería más saludable y amigable con el medio ambiente.
¡Descubre cómo la reforestación de áreas degradadas está transformando ranchos ganaderos! Gracias a la colaboración entre ReGaSo, SENDAS A.C., el Instituto de Ecología – UNAM y Estampa Verde A.C., más de 10 mil árboles nativos podrán rehabilitar 11.37 hectáreas. El 90% de ellos sobrevivió al primer mes, promoviendo la salud del ecosistema y recuperando fuentes locales de agua. ¡Únete a ReGaSo para conocer más sobre esta impactante iniciativa!
En el día mundial del suelo, presentamos un video informativo sobre la salud del suelo en los ranchos ganaderos. Los suelos son como los cimientos de la naturaleza, actúan como recicladores, descomponiendo los restos de seres vivos y convirtiéndolos en nutrientes. Sin embargo, prácticas comunes en la ganadería convencional promueven la eliminación de casi todos los árboles, que provoca una pérdida de la fertilidad. Existen prácticas de ganadería que pueden cuidar el suelo: Por ejemplo, la siembra de árboles de sombra, sistemas silvopastoriles y cercos vivos, mantienen la estructura y humedad del suelo.
Los sistemas agroforestales son clave en la transformación hacia una agricultura y ganadería más sostenible. Su integración inteligente de elementos naturales ofrece soluciones efectivas para combatir la degradación del suelo, aumentar la productividad y fortalecer la resiliencia climática. ¡Es hora de adoptar estas prácticas innovadoras para un futuro más próspero y equilibrado! ¡Únete al equipo REGASO y aprende mucho más sobre la funcionalidad de estos sistemas!